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La política de Inteligencia Artificial propone importantes aristas para el desarrollo de Chile

Por Ph.D Christian Pieringer, investigador Inteligencia Artificial


Como le dijo el tío Ben a Peter Parker: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. La Inteligencia Artificial (IA) es uno de estos nuevos superpoderes. Tendrá un impacto en la economía global y será un agente importante en la transformación de un amplio espectro de servicios, pero requiere de acciones preventivas para su uso. A pesar de su potencial, en Latinoamérica solo un porcentaje menor de estos beneficios se reflejarán en su PIB debido a la brecha que existe con los países que lideran esta área. Chile es el segundo país mejor posicionado en Latinoamérica para adoptarla (https://www.oxfordinsights.com/government-ai-readiness-index-2020). Por lo tanto, para las startups y centros de investigación nacionales se abren grandes oportunidades y desafíos relacionados al desarrollo y aplicación de la IA. Es por esta esta razón, que Chile tiene la necesidad de reaccionar y actuar con antelación frente a los cambios generados por adopción masiva de tecnologías como la IA en la sociedad e industria.


El año 2019, el ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación inició, apoyado por un comité de expertos, la elaboración de la política nacional de Inteligencia Artificial. Esta política aborda en torno a 3 ejes los factores habilitantes de las tecnologías hasta los aspectos éticos. Entre algunas de las recomendaciones que incluye la política se encuentran: crear una hoja de ruta para el infraestructura tecnológica y científica; modernizar la regulación; promover el desarrollo del talento en tecnologías relacionadas a las IA desde universidades, centros de formación técnico e institutos profesionales; Impulsar la IA como disciplina transversal e incrementar la masa crítica en IA; generación de incentivos en la academia y la industria local para evitar o aprovechar la fuga de talentos en IA; potenciar la investigación chilena en IA y fomentar la inserción de investigadores en industria; fomentar el ecosistema academia-industria; entre otras recomendaciones (https://www.minciencia.gob.cl/politicaIA)


La política también tiene un objetivo específico relacionado con el fomento del uso de la IA para mitigar el cambio climático y sus efectos nocivos para las personas. Pero no solo eso, también el fomentar la investigación en el desarrollo de IA que considere eficiencia e impacto en el medio ambiente. Me quiero detener en los términos transversal y sustentabilidad. Ambos conceptos se relacionan muy bien con el desarrollo y aplicación de IA en energías renovables. La IA tiene mucho que decir en el fomento y uso de energía renovable (solar y eólica) al facilitar el mejor aprovechamiento del potencial de las energías renovables en regiones con alto potencial solar.


"Chile tiene un recurso solar y eólico privilegiado, cielos aptos para la observación astronómica, un potencial minero en litio importantísimo para el almacenamiento de energía. Quienes deberían estar liderando la investigación y desarrollo de tecnología para estas áreas deberíamos ser nosotros, los chilenos", Christian Pieringer.

Recientemente CORFO adjudicó uno de los fondos más grandes destinados a la innovación y desarrollo en energías limpias a un grupo de nueve universidades extranjeras y tres instituciones nacionales privadas. En nuestro país existen organizaciones como SERC Chile cuya misión es abordar el estudio interdisciplinario de la energía solar desde la academia con la perspectiva de seis líneas de investigación, donde seguro la IA existe como área transversal de conocimiento. Existen startups, como Suncast, relacionadas al desarrollo de tecnologías aplicadas a las energías renovables. Entonces la pregunta es, por qué es necesario que la investigación en estos temas se haga afuera y no se sume a estas universidades privadas a SERC Chile, o por qué no se crea definitivamente un instituto encargado de estas materias a nivel nacional donde todas las universidades especialmente en regiones puedan aportar y preparar profesionales e investigadores en estas áreas.


Chile tiene un recurso solar y eólico privilegiado, cielos aptos para la observación astronómica, un potencial minero en litio importantísimo para el almacenamiento de energía. Quienes deberían estar liderando la investigación y desarrollo de tecnología para estas áreas deberíamos ser nosotros, los chilenos. Pero es difícil sin los recursos económicos y manteniendo una mentalidad que espera encontrar soluciones siempre afuera. Chile debe generar el músculo de la investigación, innovación y desarrollo. Por necesidad, por obligación y por la responsabilidad de administrar sabiamente sus recursos naturales. Pero va a ser cada vez más difícil si seguimos desperdiciando oportunidades y concentrando fondos en unas pocas instituciones, contradiciendo nuestras propias políticas y haciendo perder cada vez más la fe y credibilidad en las instituciones de este país.

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